martes, 18 de octubre de 2011

Mapa del dominio territorial tarasco.

Mapa de ubicación (occidente)

Bibliografía.

Alfredo López Austin y Leonardo López Luján (2001), El Pasado Indígena, Fondo de Cultura Económica, México.

Occidente en el Preclásico (1400 aC - 200 aC)

A diferencia con las demás áreas mesoamericanas, Occidente no forma una clara unidad cultural. Las sociedades que habitaron el extenso territorio que comprende el centro y el sur de Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán y partes de Guanajuato y Guerrero, carecieron de una historia común tan evidente como la de los pobladores del Centro de México, Golfo, el Sureste o Oaxaca.


Sí en la actualidad se define esta enorme franja como una área, esto es en parte por que la escasez de las investigaciones arqueológicas impide hacer una subdivisión más adecuada.El desconocimiento se acentúa debido a que la cerámica del Occidente es muy codiciada por los coleccionistas y su demanda propicia el saqueo sistemático de los sitios.

No se tiene una visión de conjunto. Quizá el único común denominador nítido de las sociedades preclásicas occidentales sea el arraigo de la vida aldeana y la lenta evolución (en contraste con las demás áreas) hacia formas de organización más complejas.


En Colima y Jalisco se produjo una cerámica monocroma llamada Capacha. Los fechamientos por radiocarbono han dado a esta cerámica una gran antigüedad ubicándola hacia el siglo XVIII a.C. Sus fórmas más típicas son los tecomates decorados por incisión y punzonado.
 La fecha de C14 que se tiene para el material Capacha es de ca. 1450 a.C., que se confirma indirectamente por el fechamiento obtenido para El Opeño, y por semejanzas entre la cerámica de ambos sitios.
Capacha tiene doble importancia, pues es el horizonte cerámico más antiguo de la región Colima-Jalisco-Nayarit, y cuenta entre sus formas características de cerámica las vasijas con boca de estribo.
Si quieres conocer más sobre Capacha te recomendamos la siguiente página: http://libres.uncg.edu/ir/uncg/f/J_Mountjoy_Capacha_1994.pdf

En otras áreas del Occidente, los desarrollos culturales del preclásico están representados por El Opeño, un sitio aldeano localizado en el noroeste de Michoacán, del cual hasta la fecha solamente se conocen sus tumbas y los objetos colocados en ellas como ofrenda. Estas tumbas podrían ser el antecedente más temprano de las "tumbas de tiro".
En cuanto a tradiciones la llamada Tradición de las Tumbas de Tiro es una de las más vigorosas del Occidente. Se extiende por Nayarit, Jalisco,Colima y Michoacán y se inicia en 200 a.C. y va a concluir 800 años más tarde. Los pueblos de esta tradición acostumbraban enterrar a sus muertos entre ricas ofrendas, en cámaras subterráneas excavadas en el tepetate (que deriva del náhuatl tepétlatl y es traducido como "petate de piedra", el término tepetate hace referencia a un horizonte endurecido compactado o cementado que se encuentra comúnmente en los paisajes volcánicos de México*), a las cuales se accedía a través de tiros que frecuentemente tenían entre cuatro y seis metros de profundidad. El Opeño en Michoacán es uno de los lugares donde los arqueólogos han encontrado tumbas de tiro sin saquear. Una de ellas contenía los restos de 10 individuos, recipientes y figurillas de cerámica.Otra tumba encontrada es la Huitzilapa, Jalisco, en donde se hallaron vestigios de petates que envolvían varios cadáveres, de los cuales a uno se le dedicó una ofrenda de conchas y cerámica. 
Un poco más de información sobre Tumbas de tiro, El opeño y Capacha: http://www.arqueomex.com/S2N3nTiro106.html

En el estado de Guerrero los olmecas tuvieron una notable presencia entre 1400 y 600 a.C. Teopantecuanitlan, en la confluencia de Amacuzac y el Balsas, es el asentamiento de mayores proporciones, hay revelaciones materiales que proponen la existencia de una sociedad compleja, de entre las cuales destacan un acueducto de piedra que conducía el agua de una represa a los campos de cultivo; un recinto cuadrangular hundido, limitado por pesados bloques de piedra y cuatro monolitos que representan presonajes antropomorfos con los típicos rasgos de jaguar. Otros sitios olmecas de Guerrero son las cavernas de Juxtlahuaca y Oxtotitlan, celebres por sus pinturas polícromas.



Astrid Carmona Ochoa

El occidente en el clásico

Mientras que en la mayoría de las áreas mesoamericanas florecían los estados y proliferaban las ciudades, en el occidente se mantuvieron las formas de organización que los antropólogos han llamado señoríos. De manera concomitante (que actúan a la par), las relaciones del occidente con el resto de Mesoamérica fueron escasas durante el clásico.

La excepción fué Guerrero, pues a lo largo del río Balsas y sus afluentes resulta notoria la influencia artística  del Centro de México. Son característicos los asentamientos ribereños con pirámides de hasta 30 metros de altura, plazas y los juegos de pelota. Su cerámica tiene formas predominanates, como la silueta compuesta, vasos, ollas de cuero corto o sin él y tecomates (vasijas de barro); son monócromas, de color anaranjado, rojo, bayo (como blanco amarillento) o negro; tienen acabados lustrosos y decoración incisa de motivos geométricos. 
Sin embargo, su industria más vigorosa fué el tallado de piedra dura, de colores verduscos o grises. Esta industria es conocida como Mezcala y comprende varios estilos: durante el Clásico se manufacturaron piezas con marcada inspiración en el arte Teotihuacano, además de imágenes esquemáticas de la propia religión. Entre las pocas localidades guerrerenses en donde se han encontrado las esculturas Mezcala en contextos arqueológicos se encuentran la Organera y el Mirador.

Una segunda tradición comprende las culturas del Bajío, heredadas de Chapícuaro y ubicadas en Guanajuato y en el norte de Michoacán. Sus principales vestigios son terrazas, plataformas y edificios fabricados con columnas de piedra y lodo. Su cerámica tenía formas principales como cajetes trípodes y vasijas con asas que evocan a una canasta, su decoración muestra detalles  polícromos, pulidos y geométricos, teniendo también entre sus técnicas el seudocloisonné (que es una técnica pictórica aplicada sobre cerámica en la que se aplica sobre el objeto una capa-base y pigmentos de composición similar, posteriormente se recorta la base y se incrustan en las partes levantadas los motivos con diferentes colores).

Más al norte se encuentran los sitios de la tradición de las Tumbas de Tiro, distribuidas en el territorio que va desde la mitad meridional de Colima, cruza Jalisco y llega al oriente de Nayarit. Esta tradición arranca en el preclásico extendiéndose hasta el siglo VI d.C. y es típica del occidente pero muy rara en el resto de Mesoamérica. Estas tumbas se componen de un tiro vertical que lleva a una o varias cámaras excavadas en el subsuelo y se encuentran seperadas de las áreas de residencia. Su pluralidad sugiere  que algunas de las tumbas eran usadas por familias o linajes durante largo tiempo. Junto a los cuerpos se acostumbraba depositar ofrendas de cerámica y ornamentos; la cerámica comprende figurillas, vasijas y composiciones complejas en froma de maquetas, éstas maquetas reproducen escenas cotidianas y familiares. Además muestran el uso de casa de uno o más aposentos, levantadas sobre plataformas, con terrazas y vestíbulos; los muros, las plataformas y las cubiertas están decorados.

La cerámica de Colima se caracteriza por sus bellas formas antropomorfas, zoomorfas y fitomorfas, generalmente recipientes con vertedera, trabajadas con base en el moldeado de pastillaje  e incisión, muy bien pulidas y monocromas, en color rojo, café o negro. En Jalisco, en cambio, predominan las piezas antropomorfas, aunque hay bules y cajas. En éstas se combinan la técnica de moldeado con la pintura roja sobre crema o bayo en las llamadas "caras de cordero". Finalmente las esculturas nayaritas fueron poco moldeadas, se utiliza el color rojo, el negro, el anaranjado y el crema.

Las excavaciones realizadas por Phil C. Weigand, muestran que en el Valle de Ameca, Jalisco, existieron numerosos asentamientos de diversas dimensiones y funciones que se distribuyen en torno de centros provistos de grandes construcciones públicas. Los conjuntos arquitectónicos (guachimontes), son exclusicos de Occidente y llegan a alcanzar 125 m de diámetro. Su patrón parte de un basamento central de planta circular, con cuerpos superpuestos que alcanzan los 17 m de altura. El basamento se encuentra rodeado por un patio anular, y este a su vez, por una banqueta anular; sobre la banqueta hay entre 8 y 16 plataformas uniformemente distribuidas. También se erigieron numerosas canchas para el juego de pelota.

En Teuchitlán se encuentran los grandes guachimantes más espectaculares. Teuchitlán debe su nombre a una tradición de orígen en el preclásico, en la fase Arenal (350 aC a 200 dC), pero tiene su apogeo durante el clásico, en las fases Ahualulco (200 a 400 dC)  y en Teuchitlán I (400 a 700 dC). La arquitectura de los guachimontes tiene un amplia distribución geográfica, del sureste de Nayarit al norooccidente de Jalisco y que podría prolongarse hasta Zacatecas, a través del Cañón de Bolaños- Mezquitic.


EMMANUEL FELIPE GREGORIO

lunes, 17 de octubre de 2011

El Occidente en el Posclásico

EL OCCIDENTE EN EL POSCLÁSICO.
Gracias a  la gran cantidad de recursos el  occidente se caracterizó por tener una considerable diversidad cultural y densidad de población;  sin embargo la distribución en unidades sociopolíticas  era relativamente pequeña, ya que al mismo tiempo se caracterizaba por ser una región autosuficiente,  una de las posibles razones según Otto Schôndube  es que al ser una región con la mayoría de sus recursos naturales  la comunicación interregional era  difícil.

En lo que se comprende el posclásico en esta región, las poblaciones menores se concentraban en el centro formando así una cantidad de población de 5000  habitantes, entre dichos centros los más importantes eran Amapa e Ixtlan del rio en Nayarit; Autlán y etzatlan en Jalisco y el Chanal en Colima (contaba con cinco montículos y una cancha de juego de pelota).

Durante el posclásico hay presencia de un incremento de relaciones con el exterior,  la razón más importante es que en la parte norte hubo una gran cantidad de sequias  que terminaron con la cultura de los chalchihuite, este fenómeno  dio origen a una migración de agricultores y  como consecuencia hubo un incremento de población en esta región, habiendo así un cambio demográfico y cultural. Hacia el año 800 se introdujo en el occidente  la metalurgia del cobre, oro y plata (probablemente proveniente del Ecuador), colocándose así a la región del occidente al frente en el trabajo de metales en toda Mesoamérica. El cobre tomó importancia, pues no solo se utilizó para fabricar objetos de lujo (como cascabeles, adornos y depiladoras), sino también coas de labranza, hachas para cortar árboles, escoplos  para tallar madera, anzuelos y puntas de proyectil para la caza y la guerra. 

Durante este periodo las interrelaciones culturales con el centro de México se manifiestan en la decoración polícroma  de las piezas de cerámica fabricadas a lo largo de la franja costera desde Sinaloa al norte de Jalisco, particularmente se hace referencia a la elaboradas con detalles  en plumas, grecas escalonadas, y otros diseños de simbolismo religioso, pintados hasta con seis colores con la técnica del seudocloisonné. Los sitios con mayor presencia de cerámica son Guasave (en el extremo del norte de Sinaloa) y Amapa (al sur de Sinaloa),  junto a Rio grande de Santiago (en Nayarit).

Durante la segunda mitad del posclásico hubo un proceso de unificación: el estado Tarasco en su época de gloria llego a tener un territorio de 75 000 km2  ( en su mayor parte correspondoente a lo que actualmente es Michoacán), comprendiendo entre el rio Lerma en el norte y la cuenca del balsas ubicada al sur. Esta área cuenta con una amplia variedad ecológica los recursos más abundantes de esta son: madera, flora y fauna muy abundantes las regiones de la costa en una porción fueron dominadas por los tarascos.

Organización Social y Política.

El principal sitio político de la historia tarasca fue la región del Lago de Patzcuaro, en donde existía una población lingüísticamente heterogénea (las leguas principales en ese entonces eran el tarasco, el náhuatl y el matlatzinca), cuya organización social establecía una agrupación en pequeños señorios independientes que mantenían relaciones de comercio, alianzas y guerra entre sí.

Dado que su entorno natural les brindaba una amplia diversidad de recursos es que se establecían relaciones de comercio, por ejemplo, entre las poblaciones isleñas (Xaràcuaro y Pacandan las más importantes) y las de tierra firme se llevaba a cabo el intercambio de productos pesqueros, agrícolas, cinegéticos (o productos de la caza) y maderas. Pareo y Záueto también eran poblaciones isleñas, famosas como sentros de comercio en que se trocaban el pescado pequeño (el charal), así como, el cobre, los frutos de tierra aliente y la sal (que llegaba de la costa de Colima).

Hacia finales del siglo XII y principios del XIII, los uacúsechas o “águilas” llegaron a la región del Lago de Pátzcuaro, y poco a poco al imponer su agresividad bélica y gracias a su manejo de armas fueron posicionándose en la política regional. Fueron dos los hechos históricos que unificaron su poder:
  1.             La fundación del centro religioso en Pátzcuaro que se dedicó al santo patrono, Curicaureri. El control de este centro fue motivo de muchas disputas.
  2. 2.     La unificación de Tariácuri (considerado el fundador del estado tarasco) quien auxiliado por su hijo y dos sobrinos, y con el poder de las armas, convocó a los uacúsechas a la conquista, que fue alcanzando el control del lago y de su periferia. Posteriormente (ya con el triunfo de guerras*), hacia 1450 se establecieron tres capitales en las proximidades orientales del lago y en cada una de ellas se instaló como irecha o rey a cada uno de sus tres auxiliares (que gobernaron en conjunto los dominios conquistados). A su sobrino Tangáxoan tocó Tzintzuntzan, al segundo sobrino llamado Hiripan correspondió Ihuatzio y finalmente, sobre su hijo Hiquíngare recayó el gobierno de Pátzcuaro. Normalmente cada gobernador era sucedido por un pariente próximo. En la nueva organización política, cuatro señores de elevado rango se encargaban del control de las cuatro fronteras del territorio tarasco.


Hasta ese momento, la cuenca de Pátzcuaro no había alcanzado una organización de tipo urbano al carecer de potencial agrícola que sostuviera a la población, sin embargo, trasla expansión tarasca se produjo una reorganización  en la posesión de tierras; el nuevo dueño de todo era el Dios Curicaueri y sus representantes se atribuían el derecho territorial, por otro lado, los labradores conquistados para conservabar parte de sus tierras tenían que pagar tributo y seguir cultivándolas en beneficio de los templos, los gobernantes y los militares distinguidos.

Hacia 1480, diveros acontecimientos históricos llevan a Tzitzispandácuare (irecha de Tzintzuntzan) a imponerse como señor único de los tarascos (cuyo cargo supremo fue cazonci), es con este acto que se concluyó el gobierno conjunto de las tres capitales y la imagen de Curicaueri (el mayor símbolo religioso) se traslada de Pátzcuaro a Tzintzuntzan.

*En sus guerras los tarascos se encontraron a los ejércitos de excan tlatoloyan, produciéndose así enfrentamientos (siendo el de Taximaroa uno de los más famosos) entre las dos grandes potencias de la época. Dichos enfrentamientos sólo trajeron como producto movimiento de fronteras.

Nuestro equipo.

Hola chavos!! queremos compartirles quienes somos los integrantes de este equipo:
Astrid, las dos Fanys, Manolo y Aaron. Si llegan a tener alguna duda sobre la información (que ya pronto estaremos subiendo), pueden consultarnos a cualquiera de nosotros :)